UNA IMAGEN Y MENOS DE MIL PALABRAS (9)
Manifestantes yemeníes saltan la valla e irrumpen en
la Embajada de Estados Unidos en Saná.
Foto: Yahya Arha / Efe
Sin noticias de Dios. La actualidad es casi siempre un
paisaje de miserias humanas. Y eso que somos la única especie animal que es
consciente de sus propia existencia, que se informa cada día de lo que otros de
su misma especie han hecho en otros lugares del planeta. Es el pensamiento el
que supuestamente nos hace superiores, aunque eso no quite que esa misma
inteligencia sirva también para odiar muy irracionalmente.
Somos la única
especie que se excita con algo tan inmaterial como una idea. Y sólo el ser
humano utiliza y ejerce la violencia para imponer o defender sus particulares
ideas. La violencia humana no sólo se expresa a mamporrazos, o con sofisticados
y avanzadísimos aparatos para matar. Antes de poner en marcha la musculatura, o
apretar el gatillo, la ejercemos con toda la fuerza que emana la lengua o la
escritura. Sin esa glándula, o esos dedos, tampoco las pistolas hablarían
después. Puede parecer paradójico, pero es así: la única especie que ha
desarrollado un elaborado sistema de comunicación para entenderse es,
curiosamente, la que más odio genera con sólo abrir la boca.
Y
más paradójico resulta aún que las creencias en un mundo mejor sigan haciendo
de este mundo el infierno del que queremos huir cuando estemos muertos. La idea
de Dios es tal vez la primera idea humana. Dios, Alá ,Yahvé… Cada pueblo le
puso un nombre distinto y le dio el mismo carácter divino por su infinita
perfección, bondad y suprema generosidad para perdonar. Todas las escrituras sagradas
dicen lo mismo: que nos ayudemos los unos a los otros, que nos demos amor y
cariño, y que transitemos por esta vida sólo haciendo el bien. Lo dicen desde
hace miles de años; los mismos en los que la idea de ese Dios de nombres tan distintos,
nos enfrenta para que practiquemos lo contrario de lo que nos piden sus
escrituras divinas. Si Dios sigue ahí arriba, debería preocuparse por su obra.
Algo hizo mal si una bazofia cinematográfica o una viñeta libertaria levanta un
odio tan violento que hace chocar a una civilización con otra.