enero 24, 2011

Poderosas armas

UNA IMAGEN Y MENOS DE MIL PALABRAS (3)

Información: Del Blog Aguas Internacionales de Ramón Lobo en EL PAÍS: Comenzó en el Sands Convention Center de Las Vegas la gran feria de las armas. Los organizadores del Shot Show se llaman a sí mismos industria; sin adjetivos, para no estropear la primera impresión, que las palabras las carga el diablo. Miles de estadounidenses entusiastas de suderecho constitucional (Segunda Enmienda) a portar armas se han dado cita en la ciudad de los casinos para admirar en directo los últimos modelos en el arte de matar. No solo hay material para la defensa contra los ladrones, hay todo un arsenal militar para sostener varias guerras: rifles de asalto, pistolas, balas de varios calibres, silenciadores, miras telescópicas... La feria llega en un mal momento desde el punto de vista publicitario. La opinión pública está sensibilizada con la matanza de Tucson, ocurrida el 8 de enero, cuando un presunto enajenado llamado Jared L. Loughnerasesinó a seis personas e hirió de gravedad a la congresista demócrataGabrielle Giffords y a otras 12 personas. Entre los fallecidos se encuentran John Roll, un juez federal retirado, y Christina Taylor Green, uno de los niños-esperanza nacidos el 11-S de 2001. Las armas son un gran negocio en EEUU: más de 14 millones deestadounidenses compraron una en 2009. El verdadero negocio, el que invita a adquirir un arma, es el miedo. 

Armados y desarmados. El mundo sería más tranquilo si matar no fuera un gran negocio. Esta bella modelo ha renunciado a sus poderosas armas para mostrarnos la que tiene en sus manos. Sostiene un arma con pinta de último modelo en la Shot Show que acaba de celebrarse en Las Vegas. La modelo nos mira desafiante y a nosotros los ojos se nos van a la metralleta, por si se nos ocurre llevarle la contraria. 

A esos americanos que desfilarán por La Vegas no les importa que, con pistolas de por medio, las ruletas de la fortuna se vuelven doradas para los fabricantes y rusas para los americanos que van a un instituto, a un mitin, o a comprar palomitas. Lo más americano del mundo es disparar como lo hacía John Wayne. Y cada vez que un pirado se aburra de la Play Station y convierta en sangrienta realidad su propio videojuego, hablarán de que ni siquiera los locos les pueden negar su derecho a defenderse

En ferias como ésta se compran también las miles de minas antipersonales con las que se siembran los campos para que en lugar de hortalizas se coseche dolor y hambre. El negocio suele ser redondo; las armas se venden a los países del Tercer Mundo con facilidades de pago y créditos blandos. 

Y cuando a los desgraciados conseguimos armarlos hasta los dientes empeñando sus posibilidades de desarrollo, después de que se hayan matado en horribles y exhaustas contiendas civiles, emprendemos entonces una campaña humanitaria que incluye antes que nada su propio desarme. Los programas humanitarios subvencionan la entrega de armas. Las grandes potencias también tienen un presupuesto para pagar por cada mina recogida o cada fusil que vendieron en ferias anteriores. Cuando las entreguen, necesitarán nuevas armas porque habrán surgido nuevas amenazas. Las pagaran en parte con el dinero recaudado en la entrega de las armas anteriores. La otra parte la pagarán incrementando sus propias miserias. 

En este gran Casino, el círculo de la fortuna en torno al círculo de la destrucción nunca se detiene; las armas siempre se están comprando y vendiendo, los fabricantes siempre se están forrando y los gobernantes de las grandes potencias siempre nos están prometiendo un mundo más seguro. 

Si de verdad se pensara en nuestra seguridad personal; ¿No sería más eficaz que todas las armas que se vendieran en el mundo tuvieran los cañones cegados?. 

enero 22, 2011

I.- Pequeños Homenajes a 50 años de publicidad



Este es un pequeño homenaje que el programa Los Anuncios de tu vida hace al ingenio de la publicidad.

La buena publicidad es pura imaginación. Valga como ejemplo la de este anuncio en la que con una botella se describía a toda la condición humana. Nosotros hemos querido aprovechar aquel juego de palabras e imágenes para hacer el mismo juego que hacen estos creativos; todas las cualidades de una botella atribuidas a la propia publicidad. Buceando en miles de anuncios de todas las épocas, cada plano es de un anuncio distinto.

Tal vez, a muchos publicitarios, especialistas y aficionados a esta profesión creativa, este programa les sepa a poco. Sencillamente, porque este programa no es analítico, sino descriptivo. No tiene la pretensión de sentar cátedra, ni quiere dar lecciones explícitas de publicidad. Tiene una intención implícita. No es un programa de ciencia, porque sólo aspira a refrescar recuerdos de conciencia. No quiere hablar de publicidad, sino de sus efectos en nuestra manera de pensar, vestir, tener, soñar, querer, o ser.

Los Anuncios de tu vida es un programa sencillo. Busca a un gran público, que lo consuma con facilidad y lo más ampliamente posible. Igual que con la publicidad; trascendente a fuerza de reflejar intrascendencias.

De la misma manera en que ella oculta su deseo de atacar nuestro bolsillo disparando sobre nuestro corazón, este programa quiere hablar de publicidad sin hablar de ella; dejando hablar a las imágenes, eslóganes y mensajes con los que se componen esos anuncios que caminan parejos a nuestra propia vida.

La mejor manera de admirar a un autor es admirar sus obras. Por eso, momento tras momento, a través de esas piezas emocionales, y los testimonios de quienes recrean recuerdos, etapas y vivencias comunes, volvemos a disfrutar con las ilustraciones que han llenado todos los intermedios de nuestra vida.

Este es un momento para amar la publicidad. Dura, lo que dura un anuncio.


enero 10, 2011

Los pavos no ven los Telediarios

UNA IMAGEN Y MENOS DE MIL PALABRAS (2)
Miles de pavos esperan comida en una granja cerrada por las autoridades en Neerstedt, en el norte de Alemania. AP / DAVID HECKER


Estos pavos no deben ver los Telediarios. Tal vez por eso no comprendan el ajetreo de estos días. En lugar de pavonearse, nos miran con ojos incrédulos y sorprendidos. No entienden qué está pasando, ni qué han hecho ellos. Esta mañana vinieron a ver si estaban contaminadas por culpa de lo que comen. Y eso debe resultarles una pavada: si son ellos quienes les dan de comer, serán ellos los que sepan lo que les están dando.

La visita debió resultar tensa y hasta violenta. A algunos pavos los pincharon con una aguja y les sacaron un líquido de su interior. Hubo mucho miedo; se llevaron a unos cuantos de manera violenta. Algunas de sus plumas todavía flotan sobre el ambiente tenso y espeso de la granja. A ellas que las registren; no entienden qué podemos estar buscando, ni porqué nos sentimos tan amenazados por ellos, pobrecitos pavos.

Lo mismo ha ocurrido en granjas de gallinas y cerdos, otros que tampoco deben ver los Telediarios. El caso es que cuando no es un pollo, es un cerdo, y cuando no es ninguno de esos dos, es un terrorista, un hacker informático, una ola gigantesca o un huracán con nombre de amigo y actitud destructiva. La alerta es permanente. Ahora la alarma la produce el descubrimiento en la última semana de miles de huevos contaminados con dioxinas, sustancia cancerígena procedente de piensos irregulares. Las autoridades sanitarias de Alemania alertaron ayer de que también se han hallado valores demasiado elevados en la carne de gallinas ponedoras de al menos una granja. Todavía se está a la espera de los resultados de los análisis realizados a cerdos que igualmente fueron alimentados con pienso que contenía grasas industriales. Mientras, arrecian las críticas y las sospechas sobre la actitud de la empresa Harles & Jentzsch, que distribuyó unas 3.000 toneladas de pienso con aceites industriales que podrían haber contaminado en total 150.000 toneladas de pienso para cerdos y pollos. Una tonelada de grasa industrial cuesta unos 500 euros, mientras que las grasas vegetales para el pienso cuestan el doble.
El pavo (se supone que es el único pavo listo de toda esta historia) que dirige la producción de esta empresa, Siegrief Sievert, solamente ha reconocido que los gestores fueron «ingenuos» al usar «equivocadamente» el biodiesel que les vendieron. El diario sensacionalista Bild puso la foto del pavo en portada con el titular: «Este tipo nos metió grasa venenosa en la comida».
O sea, que el problema no es lo que los pobres pavos, gallinas o cerdos comen sino lo que nos comeremos nosotros, o sea a ellos. Les damos de comer para comérnoslos y resulta que les damos gasolina ecológica, porque sale más barata que el maiz.

En fin, que hay miedo en la granja, y eso que se ahorran los Telediarios. Si los vieran, dejarían de poner huevos. Estarían informados, como nosotros, y entretenidos, también como nosotros. Pero no creo que se acostumbraran, como nosotros, a acrecentar sus angustias con cada edición informativa, con ese dibujo cotidiano de la actualidad que en 30 minutos nos presenta un mundo que hay que arreglar pero que cada día estropeamos un poco más.

La alerta es permanente. Y todo lo que puede empeorar, empeora, para que así, nuestros miedos crezcan parejos a nuestra ansiedad. Cuando no es la trayectoria de un huracán es la trayectoria de la migración de los pájaros. Cuando no es un ave, es un avión sospechoso. Cuando no es una bomba en una mochila, es un dioxina cubierta de plumas. De la evolución de todas estas epidemias y venenos se nos informa cada día en esos Telediarios convertidos en una cuenta atrás hacia el desastre, un capítulo diario de suspense en el que vemos cómo las amenazas que combatimos, siempre burlan y rompen el cerco al que las sometemos.

En fin, que como no ven los Telediarios, estos pobres pavos no saben que acaban de convertirse en otra amenaza para la humanidad. Ni se te ocurra merendártelo. Te comerás las dioxinas que produce la inteligencia humana. Menuda paradoja: pienso.  

enero 04, 2011

Los Anuncios de Tu vida: Comienza la cuenta atrás

Las modas, estéticas y deseos de cada época, lo políticamente correcto de cada tiempo, las costumbres, los roles y estereotipos de cada circunstancia, las innovaciones y el consumo de cada tiempo. Una serie para ver cómo hemos cambiado en los últimos 50 años, a través, exclusivamente, de anuncios publicitarios. El resultado de un intenso año de trabajo ve la luz después de Reyes. Espero que sepamos conectar con la audiencia.