enero 10, 2011

Los pavos no ven los Telediarios

UNA IMAGEN Y MENOS DE MIL PALABRAS (2)
Miles de pavos esperan comida en una granja cerrada por las autoridades en Neerstedt, en el norte de Alemania. AP / DAVID HECKER


Estos pavos no deben ver los Telediarios. Tal vez por eso no comprendan el ajetreo de estos días. En lugar de pavonearse, nos miran con ojos incrédulos y sorprendidos. No entienden qué está pasando, ni qué han hecho ellos. Esta mañana vinieron a ver si estaban contaminadas por culpa de lo que comen. Y eso debe resultarles una pavada: si son ellos quienes les dan de comer, serán ellos los que sepan lo que les están dando.

La visita debió resultar tensa y hasta violenta. A algunos pavos los pincharon con una aguja y les sacaron un líquido de su interior. Hubo mucho miedo; se llevaron a unos cuantos de manera violenta. Algunas de sus plumas todavía flotan sobre el ambiente tenso y espeso de la granja. A ellas que las registren; no entienden qué podemos estar buscando, ni porqué nos sentimos tan amenazados por ellos, pobrecitos pavos.

Lo mismo ha ocurrido en granjas de gallinas y cerdos, otros que tampoco deben ver los Telediarios. El caso es que cuando no es un pollo, es un cerdo, y cuando no es ninguno de esos dos, es un terrorista, un hacker informático, una ola gigantesca o un huracán con nombre de amigo y actitud destructiva. La alerta es permanente. Ahora la alarma la produce el descubrimiento en la última semana de miles de huevos contaminados con dioxinas, sustancia cancerígena procedente de piensos irregulares. Las autoridades sanitarias de Alemania alertaron ayer de que también se han hallado valores demasiado elevados en la carne de gallinas ponedoras de al menos una granja. Todavía se está a la espera de los resultados de los análisis realizados a cerdos que igualmente fueron alimentados con pienso que contenía grasas industriales. Mientras, arrecian las críticas y las sospechas sobre la actitud de la empresa Harles & Jentzsch, que distribuyó unas 3.000 toneladas de pienso con aceites industriales que podrían haber contaminado en total 150.000 toneladas de pienso para cerdos y pollos. Una tonelada de grasa industrial cuesta unos 500 euros, mientras que las grasas vegetales para el pienso cuestan el doble.
El pavo (se supone que es el único pavo listo de toda esta historia) que dirige la producción de esta empresa, Siegrief Sievert, solamente ha reconocido que los gestores fueron «ingenuos» al usar «equivocadamente» el biodiesel que les vendieron. El diario sensacionalista Bild puso la foto del pavo en portada con el titular: «Este tipo nos metió grasa venenosa en la comida».
O sea, que el problema no es lo que los pobres pavos, gallinas o cerdos comen sino lo que nos comeremos nosotros, o sea a ellos. Les damos de comer para comérnoslos y resulta que les damos gasolina ecológica, porque sale más barata que el maiz.

En fin, que hay miedo en la granja, y eso que se ahorran los Telediarios. Si los vieran, dejarían de poner huevos. Estarían informados, como nosotros, y entretenidos, también como nosotros. Pero no creo que se acostumbraran, como nosotros, a acrecentar sus angustias con cada edición informativa, con ese dibujo cotidiano de la actualidad que en 30 minutos nos presenta un mundo que hay que arreglar pero que cada día estropeamos un poco más.

La alerta es permanente. Y todo lo que puede empeorar, empeora, para que así, nuestros miedos crezcan parejos a nuestra ansiedad. Cuando no es la trayectoria de un huracán es la trayectoria de la migración de los pájaros. Cuando no es un ave, es un avión sospechoso. Cuando no es una bomba en una mochila, es un dioxina cubierta de plumas. De la evolución de todas estas epidemias y venenos se nos informa cada día en esos Telediarios convertidos en una cuenta atrás hacia el desastre, un capítulo diario de suspense en el que vemos cómo las amenazas que combatimos, siempre burlan y rompen el cerco al que las sometemos.

En fin, que como no ven los Telediarios, estos pobres pavos no saben que acaban de convertirse en otra amenaza para la humanidad. Ni se te ocurra merendártelo. Te comerás las dioxinas que produce la inteligencia humana. Menuda paradoja: pienso.  

1 comentario:

  1. porque no hablais de las oposiciones al cuerpo de maestros. se están riendo de los opositores y apenas hay noticias.

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